Pensar con sentido: distinguir entre creencia, conocimiento y saber

 Creer, conocer y saber: claves para comprender cómo aprendemos

A lo largo de la formación docente, nos enfrentamos a una pregunta fundamental: ¿Qué significa realmente aprender? Para responderla, es necesario distinguir entre tres nociones que parecen similares, pero tienen implicaciones muy diferentes en el ámbito educativo: creer, conocer y saber. Este punto busca explorar estas diferencias, así como su relación con la construcción del conocimiento en la escuela y en la práctica pedagógica.

 ¿Qué significa "creer"?

Creer es aceptar algo como verdadero sin tener necesariamente una justificación racional, científica o empírica. Se basa en la fe, la tradición, la autoridad o la experiencia subjetiva.

En el aula, las creencias pueden influir en los aprendizajes, pero si no se confrontan críticamente, pueden limitar la comprensión profunda de un fenómeno.

Ejemplo: "Creo que los niños aprenden mejor si están en silencio", pero ¿esta creencia está fundamentada o es solo una suposición personal?

¿Qué significa "conocer"?


Conocer implica un acercamiento más estructurado a la realidad, con base en la observación, la reflexión, el análisis y la experiencia. Se puede conocer algo por contacto directo o por vivencia (implica familiaridad).

Es más objetivo que creer, pero no necesariamente implica profundidad teórica o crítica.

Ejemplo: Un docente puede conocer una estrategia de lectura, pero no saber cómo o por qué funciona realmente.


¿Qué significa "saber"?


El saber es un conocimiento más sistematizado, validado, teóricamente fundamentado y crítico. El saber se construye y se comparte en comunidad, está vinculado a procesos de formación reflexiva, investigación y diálogo (puede adquirirse por experiencia, pero también a través de información).

Implica comprensión profunda, conciencia de su origen y aplicación crítica.


Ejemplo: Saber cómo evaluar de forma justa implica más que conocer técnicas; requiere entender los fines de la evaluación, sus implicaciones éticas y políticas.


Relación con el pensamiento crítico y la educación


Estas tres nociones están en constante interacción en el aula. Un docente crítico no se conforma con lo que cree o conoce, sino que busca transformar ese conocimiento en saber pedagógico o colectivo.

Como señala Perea (2018), “La educación no es solo un acto técnico o mecánico, es un acto profundamente ético, humano y político”.

El reto es pasar de enseñar desde la costumbre (creer) a enseñar desde la reflexión crítica (saber).

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