Recopilación - Unidad 1



TEMA 1: 

 ¿Para qué pensar si solo vamos a enseñar?
Filosofía, sociología y educación en diálogo

¿Es suficiente con enseñar contenidos? ¿Qué sentido tiene pensar críticamente si solo vamos a seguir un programa? En realidad, pensar es la base de enseñar bien. Y para comprender nuestra tarea como docentes, necesitamos conocer el papel que juegan la filosofía, la sociología y la educación en la transformación del aula y del mundo. Esta entrada busca aclarar esos conceptos y mostrar cómo sostienen una docencia con sentido, ética y compromiso social.


¿Qué es la filosofía?

La filosofía es el estudio racional y crítico de los principios fundamentales que guían el pensamiento, la existencia y la acción del ser. No se trata solo de pensar por pensar, sino de cuestionar la realidad, la verdad, el conocimiento, la ética y el sentido de la vida. En el ámbito educativo, la filosofía nos invita a reflexionar sobre lo que enseñamos, por qué lo hacemos y cómo nuestras decisiones impactan en la formación del individuo.


Como dice Graciela Hierro (1994), la filosofía de la educación permite mirar más allá del contenido, buscando el sentido profundo de la tarea educativa y su vínculo con la justicia, la libertad y la dignidad humana.




¿Qué es la sociología?

La sociología es la ciencia que estudia las relaciones sociales, las instituciones y las estructuras que organizan la vida en sociedad. En educación, la sociología nos permite comprender cómo influyen el entorno social, la cultura, la política y la economía en el proceso educativo. Nos ayuda a ver que la escuela no es un espacio aislado, sino parte de un sistema social más amplio, atravesado por desigualdades, normas y dinámicas de poder.

Emilio Tenti Fanfani (2009) destaca que comprender la dimensión social de la educación es esencial para que el docente pueda responder a los desafíos reales de la vida y formar ciudadanos conscientes de su contexto.




 ¿Qué es la educación?

La educación es un proceso complejo, continuo y dinámico a través del cual las personas desarrollan sus capacidades, construyen conocimiento y se integran social y culturalmente. No se limita a la transmisión de contenidos, sino que implica la formación de sujetos críticos, éticos y participativos, capaces de transformar su realidad. La educación es una práctica social profundamente humana, que requiere compromiso, conciencia y reflexión.


Paulo Freire (1970) la define como un acto político que puede reproducir la opresión o promover la libertad. Desde esta perspectiva, educar es también transformar.



TEMA 2: 

 Un triángulo necesario: Filosofía, sociología y educación 

Entender la relación entre la filosofía, la sociología y la educación es clave para una formación docente crítica. Estas disciplinas no funcionan de manera aislada; por el contrario, se entrelazan para brindar sentido, contexto y profundidad a nuestra práctica educativa. Analizar esta relación nos permite mirar la educación más allá del aula, como una construcción histórica, ética, política y social.


 Filosofía y educación:

La filosofía aporta a la educación una visión ética y reflexiva. Nos permite cuestionar:

¿Qué es y por qué educar?

¿Qué valores promovemos como docentes?

¿Qué tipo de ser humano queremos formar?

Graciela Hierro (1994) propone que la filosofía de la educación ayuda a pensar qué significa enseñar con justicia y dignidad, y a formar seres humanos autónomos y críticos.


Cuestionemos qué papel juega la educación en nuestra vida.
Figura 1: Cuestionemos qué papel juega la educación en nuestra vida.



Sociología y educación:

La sociología, por su parte, nos enseña a mirar la escuela como parte de una estructura social.

Nos ayuda a responder:

¿Qué papel juega la escuela en la reproducción o transformación social?

¿Qué factores sociales influyen en el aprendizaje y el acceso al conocimiento?

Autores como Emilio Tenti Fanfani (2009) explican que la sociología nos permite ver las desigualdades que atraviesan la educación, desde el acceso hasta la evaluación, y nos reta a construir una práctica más inclusiva y consciente del contexto.



Figura 2: La educación es una práctica social. 


 

Filosofía y sociología juntas en la educación:

Cuando la filosofía y la sociología se unen en el análisis educativo, se potencia una comprensión crítica, reflexiva y transformadora.

La filosofía nos da el porqué de nuestra práctica.

La sociología nos muestra el para quién y el en qué condiciones.

La educación se convierte así en un acto político, ético y contextualizado.


Figura 3: La conexión de estas disciplinas amplía el panorama de lo que significa ser docente.



Como docentes en formación, no basta con saber cómo enseñar, sino entender por qué y para quién lo hacemos. La reflexión filosófica y el análisis sociológico nos permiten construir una educación que no solo transmita saberes, sino que transforme vidas.


TEMA 3:

 Pensadores que transforman: autores clave en la filosofía y sociología de la educación


El pensamiento pedagógico que hoy conocemos ha sido profundamente influenciado por diversas corrientes filosóficas y sociológicas. En esta entrada, exploraremos un banco de autores fundamentales que han contribuido al análisis, la crítica y la transformación del acto educativo. Conocer sus ideas no solo enriquece nuestra formación, sino que fortalece la conciencia crítica y la toma de decisiones en nuestra futura labor docente.

Sócrates (470 a.C. – 399 a.C.)


Biografía: Filósofo griego clásico, considerado uno de los fundadores del pensamiento occidental.

Aportes:

  • Desarrolló el método mayéutico, que consiste en hacer preguntas para que el interlocutor descubra el conocimiento por sí mismo.

  • Defendió la búsqueda constante de la verdad, el autoconocimiento y el pensamiento crítico.

Influencia educativa: Promueve una enseñanza basada en el diálogo, en la que el docente es un guía que estimula el pensamiento reflexivo, no un transmisor de verdades absolutas.






Platón (427 a.C. – 347 a.C.)


Biografía: Discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles. Fundó la Academia de Atenas, la primera institución educativa en Occidente.

Aportes:

  • En La República plantea una educación dividida por etapas según las capacidades del individuo.

  • Defiende que el conocimiento verdadero se alcanza mediante la razón.

Influencia educativa: Plantea que la educación debe servir para formar ciudadanos justos y sabios, capaces de participar activamente en la vida pública.





 Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.)


Biografía: Filósofo griego, discípulo de Platón, tutor de Alejandro Magno.

Aportes:

  • Propone que el fin de la educación es la formación del carácter y la virtud.

  • Introduce la idea de que aprender requiere experiencia, razón y práctica.

Influencia educativa: Su pensamiento inspira modelos educativos centrados en el desarrollo integral del ser humano: cuerpo, mente y ética.




Auguste Comte (1798 – 1857)


Biografía: Filósofo y sociólogo francés, fundador del positivismo.

Aportes:

  • Plantea que el conocimiento debe basarse en hechos verificables.

  • Introdujo el estudio sistemático de la sociedad (sociología).

Influencia educativa: Concibe a la escuela como un espacio donde se puede aplicar el conocimiento científico para organizar y mejorar la sociedad.





Carlos Marx (1818 – 1883)

Biografía: Filósofo, economista y revolucionario alemán.

Aportes:

  • Critica la educación como herramienta de reproducción de la ideología dominante.

  • Propone una educación que libere al individuo de la alienación social.

Influencia educativa: Inspira la pedagogía crítica: una enseñanza que cuestione las desigualdades y forme sujetos conscientes de su realidad.





 Émile Durkheim (1858 – 1917)


Biografía: Sociólogo francés, uno de los padres de la sociología moderna.

Aportes:

  • Considera a la escuela como una institución clave para la socialización.

  • Plantea que educar es preparar al individuo para la vida en sociedad.

Influencia educativa: Promueve una visión funcionalista de la educación: enseñar valores, normas y roles sociales para garantizar la cohesión social.






Max Weber (1864 – 1920)


Biografía: Sociólogo y economista alemán.

Aportes:

  • Analiza cómo la educación está atravesada por el poder, la burocracia y la racionalidad moderna.

  • Estudia cómo la escuela reproduce jerarquías sociales.

Influencia educativa: Ayuda a entender las estructuras de poder dentro del sistema educativo y cómo estas afectan el acceso, el éxito escolar y las trayectorias estudiantiles.





Emilio Tenti Fanfani (1945 -   )


Biografía: Sociólogo argentino, experto en educación en América Latina.

Aportes:

  • Critica el mito de la escuela como espacio neutral.

  • Habla de la profesionalización del docente y las tensiones del trabajo pedagógico.

Obra destacada: Aportes para el desarrollo curricular: sociología de la educación.


Influencia educativa: Promueve una escuela más consciente del contexto social, con docentes que comprendan su rol político y formador de ciudadanía.






Graciela Hierro (1928 – 2003)


Biografía: Filósofa mexicana, pionera del feminismo en la filosofía de la educación.

Aportes:

  • Plantea una educación ética, libre de prejuicios y con enfoque de género.

  • En Reflexiones acerca de una filosofía de la educación defiende la libertad como eje educativo.

Influencia educativa: Nos recuerda que educar también es luchar por la dignidad y por el respeto a la diversidad y a los derechos humanos.





Conocer el pensamiento de estos autores es abrir una ventana a las múltiples formas de concebir la educación. En ellos encontramos herramientas para analizar críticamente nuestra realidad como docentes y para imaginar formas distintas de enseñar, aprender y vivir en sociedad.

TEMA 4:    

 Creer, conocer y saber: claves para comprender cómo aprendemos

A lo largo de la formación docente, nos enfrentamos a una pregunta fundamental: ¿Qué significa realmente aprender? Para responderla, es necesario distinguir entre tres nociones que parecen similares, pero tienen implicaciones muy diferentes en el ámbito educativo: creer, conocer y saber. Este punto busca explorar estas diferencias, así como su relación con la construcción del conocimiento en la escuela y en la práctica pedagógica.

 ¿Qué significa "creer"?

Creer es aceptar algo como verdadero sin tener necesariamente una justificación racional, científica o empírica. Se basa en la fe, la tradición, la autoridad o la experiencia subjetiva.

En el aula, las creencias pueden influir en los aprendizajes, pero si no se confrontan críticamente, pueden limitar la comprensión profunda de un fenómeno.

Ejemplo: "Creo que los niños aprenden mejor si están en silencio", pero ¿esta creencia está fundamentada o es solo una suposición personal?

¿Qué significa "conocer"?


Conocer implica un acercamiento más estructurado a la realidad, con base en la observación, la reflexión, el análisis y la experiencia. Se puede conocer algo por contacto directo o por vivencia (implica familiaridad).

Es más objetivo que creer, pero no necesariamente implica profundidad teórica o crítica.

Ejemplo: Un docente puede conocer una estrategia de lectura, pero no saber cómo o por qué funciona realmente.


¿Qué significa "saber"?


El saber es un conocimiento más sistematizado, validado, teóricamente fundamentado y crítico. El saber se construye y se comparte en comunidad, está vinculado a procesos de formación reflexiva, investigación y diálogo (puede adquirirse por experiencia, pero también a través de información).

Implica comprensión profunda, conciencia de su origen y aplicación crítica.


Ejemplo: Saber cómo evaluar de forma justa implica más que conocer técnicas; requiere entender los fines de la evaluación, sus implicaciones éticas y políticas.


Relación con el pensamiento crítico y la educación


Estas tres nociones están en constante interacción en el aula. Un docente crítico no se conforma con lo que cree o conoce, sino que busca transformar ese conocimiento en saber pedagógico o colectivo.

Como señala Perea (2018), “La educación no es solo un acto técnico o mecánico, es un acto profundamente ético, humano y político”.

El reto es pasar de enseñar desde la costumbre (creer) a enseñar desde la reflexión crítica (saber).

TEMA 5:   

  ¿La escuela reduce o reproduce desigualdades? 

Reflexiones sociológicas desde el aula


Introducción

La escuela suele ser vista como una institución neutral encargada de brindar igualdad de oportunidades. Sin embargo, la realidad sociológica es más compleja. La lectura de Pérez Sánchez, Carmen Nieves nos invita a cuestionar la función real que cumple la escuela en el marco de las desigualdades sociales. En este punto analizaremos cómo las condiciones sociales impactan el quehacer docente y la forma en que la educación puede ser una herramienta de transformación… o de reproducción.


¿Qué noción de educación orienta la acción pedagógica de la escuela?

Según Pérez Sánchez (2001), muchas prácticas escolares siguen orientadas por una noción reproductiva de la educación, donde los contenidos se enseñan como verdades inamovibles y el objetivo principal parece ser la disciplina, el orden y la adaptación a un sistema social ya establecido.

  • Se privilegia el cumplimiento de normas antes que la crítica.
  • Se valoran ciertos saberes "formales" sobre otros más comunitarios o culturales.
  • Se espera que todos aprendan del mismo modo, sin considerar la diversidad.

 "La escuela, al centrarse en estándares homogéneos de éxito, muchas veces refuerza las desventajas de origen en lugar de compensarlas." (Pérez Sánchez, 2001)


¿Qué tipo de ciudadano se forma desde esta lógica escolar?

  • Un ciudadano obediente, más que crítico.
  • Conformado para encajar en un modelo económico y social determinado.
  • Lejos de ser un agente de transformación social.


Este modelo es contrario a las propuestas de una educación liberadora o comunitaria, como las de Paulo Freire o las prácticas de las escuelas zapatistas, que abogan por formar ciudadanos autónomos, participativos y reflexivos.


¿Cómo se relaciona con el proyecto de nación, la historia, la política y los grupos sociales?


  • La escuela no es ajena al proyecto político de un país: forma ideológicamente a sus ciudadanos.
  • En muchos casos, se adapta a modelos neoliberales donde el mérito individual es más valorado que el trabajo colectivo.
  • Se minimiza el análisis histórico y político de la realidad en los contenidos escolares.

La lectura de Pérez Sánchez es un llamado a repensar el papel de la escuela en las sociedades desiguales. No basta con “enseñar bien”, sino que debemos preguntarnos qué estamos enseñando, para qué y para quién. Solo desde una mirada sociológica y crítica, es posible construir una educación que no legitime las desigualdades, sino que luche contra ellas.


Figura 1: Reconocer la identidad del educando es parte de una educación integral.

TEMA 6:   

 Producción del conocimiento escolar:

 ¿transmisión o praxis como gestión autónoma del 

saber?

La educación no solo transmite conocimientos ya elaborados; también puede y debe ser un espacio donde los estudiantes participen en la construcción del saber. Este punto nos invita a reflexionar si educar es simplemente repetir información, o si debe entenderse como una práctica crítica y autónoma.


 ¿Qué es la producción del conocimiento escolar?

La producción del conocimiento escolar se refiere al proceso mediante el cual los saberes que circulan en la escuela se construyen, adaptan, seleccionan y validan. No es un proceso neutral: está atravesado por decisiones políticas, culturales y sociales.

Según Luis Felipe Gómez (2004), la escuela oscila entre dos funciones:

  • Transmitir conocimientos ya legitimados (visión tradicional).

  • Promover el cambio, es decir, formar sujetos críticos que reconstruyan el conocimiento y transformen su entorno.


 ¿Transmisión o praxis?


¿Qué propone Paulo Freire?

  1. El conocimiento se construye en comunidad, a partir del diálogo, la acción reflexiva y la experiencia concreta del estudiante.
  2. Denuncia la educación bancaria, donde el alumno es solo un "recipiente" vacío.
  3. Defiende una educación liberadora, donde el aprendizaje surge del intercambio entre personas que buscan transformar su realidad.

Como dice Freire: “Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su producción o construcción¨ (Freire, 1970).


 ¿Qué implica una gestión autónoma del saber?

  1. Que los estudiantes puedan cuestionar, crear, decidir, formular hipótesis, buscar alternativas.
  2. Que la escuela fomente espacios de participación y reflexión.
  3. Que el docente deje de ser solo transmisor y se vuelva facilitador del pensamiento.

Reflexiones finales

¿Qué tipo de escuela estamos construyendo? ¿una que forma obediencia, o una que fomenta pensamiento crítico?

¿Somos docentes que imponemos saberes, o que construimos saberes con otros?

En una sociedad desigual, el conocimiento autónomo es una forma de emancipación.

TEMA 7: 

Ser, saber y poder en la práctica educativa: una mirada crítica desde el aula


La práctica educativa no se reduce a aplicar técnicas o seguir planes. Es un espacio complejo donde se entrelazan el ser, el saber y el poder. El artículo de Perea (2018) nos invita a pensar la educación desde estos tres ejes, entendidos no solo como categorías teóricas, sino como dimensiones vividas cotidianamente por docentes y estudiantes.


El ser docente: dimensión ontológica


Ser docente no se limita a tener un título, sino a construirse como sujeto pedagógico. Esto implica un compromiso ético con el otro, una disposición a escuchar, a cuestionarse, a estar presente de forma genuina.

¿Quién soy como educador(a)?

¿Qué lugar ocupo en las relaciones escolares?

¿Cómo se entreteje mi historia personal con mi práctica docente?

El ser se configura a través de la experiencia, el encuentro con los estudiantes y el contexto social en el que se enseña.


El saber docente: dimensión epistemológica

Perea nos recuerda que el saber docente no es solo técnico o disciplinar, sino también un saber situado y construido en la práctica. Saber enseñar implica:

  • Conocer a los estudiantes.
  • Comprender la cultura escolar.
  • Reflexionar sobre los contenidos y su pertinencia.
  • Reconocer el conocimiento como construcción colectiva, no como transmisión pasiva.


El docente no es solo transmisor de conocimientos, sino productor de sentido.


El poder docente: dimensión política y ética


En la escuela, el poder no siempre es evidente, pero siempre está presente: en los silencios, en los reglamentos, en los libros de texto, en las decisiones que se toman sin consultar. Perea plantea que el poder en la educación puede ser: Opresivo, cuando impone y silencia o transformador, cuando abre espacios para el diálogo y la autonomía.

El docente, entonces, debe ser consciente de su posición de poder y utilizarla para empoderar a sus estudiantes, no para domesticarlos. Una práctica educativa crítica: integrar ser, saber y poder. 

Estos tres ejes no deben pensarse por separado. La práctica pedagógica se enriquece cuando:

  • El ser se nutre de la reflexión ética.
  • El saber se construye colectivamente y desde la experiencia.
  • El poder se ejerce con conciencia y en función de la justicia social.

Esta perspectiva está en sintonía con autores como Paulo Freire, quien propone una educación liberadora en la que el diálogo, la conciencia crítica y la transformación social son pilares fundamentales.

Pensar en el ser, saber y poder dentro de la práctica docente nos permite superar modelos técnicos y verticales, y avanzar hacia una educación más humana, crítica y comprometida con la realidad. Como docentes en formación, esta reflexión es un paso esencial para construir una pedagogía ética, transformadora y consciente.




































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