“Para nosotros, la educación es para la libertad, no para la obediencia.”
-Ejercito Zapatista-
En un rincón rebelde del sureste mexicano, donde la selva se encuentra con la resistencia, florece un proyecto educativo que desafía las lógicas tradicionales de enseñanza: la escuela zapatista. Este modelo, construido desde las comunidades indígenas organizadas del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), representa una alternativa concreta a los sistemas escolares verticales, homogéneos y coloniales.
¿Qué es la educación zapatista?
Es una forma de educación comunitaria, autónoma y liberadora, gestionada por y para el pueblo. Surge como respuesta a las desigualdades, al racismo estructural y a la exclusión del sistema educativo mexicano oficial. En vez de reproducir el orden dominante, forma sujetos capaces de transformarlo.
No hay maestros en el sentido tradicional, sino “educadores comunitarios” que aprenden y enseñan junto con sus compañeras y compañeros. No hay uniformes, ni libros impuestos, ni evaluaciones estandarizadas. Hay saberes ancestrales, pensamiento crítico, y organización colectiva.
Educación y anarquismo: una apuesta por la horizontalidad
La educación zapatista puede considerarse anarquista en su estructura y filosofía:
Sin jerarquías: no hay autoridad impuesta entre educador y educando.
Autonomía: cada comunidad decide qué enseñar, cómo, y para qué.
Autogestión: no dependen del Estado ni de instituciones externas.
Anticapitalismo: se promueve una ética del cuidado mutuo y del bien común.
Este enfoque resuena con las pedagogías libertarias, donde el conocimiento no se impone, se comparte. No se disciplina, se acompaña. No se doméstica, se emancipa.
¿Qué se enseña?
Los contenidos están profundamente ligados a la vida comunitaria, a los valores colectivos, a la historia de lucha y al respeto por la Madre Tierra. Como, por ejemplo:
Historia de los pueblos indígenas
Lengua originaria y español
Matemáticas, salud, agricultura
Autodefensa, historia zapatista y pensamiento crítico
Todo parte de las necesidades reales del entorno: sembrar, sanar, resistir, convivir.
Relación con la pedagogía crítica
La escuela zapatista encarna muchas de las ideas de Paulo Freire:
La educación como praxis transformadora
La necesidad de nombrar el mundo para transformarlo
La superación de la educación bancaria: aquí no hay depósito de contenidos, sino diálogo horizontal
Un modelo para repensar la escuela
El modelo zapatista no busca ser exportado o copiado, sino inspirar nuevas formas de entender lo educativo, más humanas, políticas y éticas. En un mundo donde la escuela muchas veces silencia, uniforma o excluye, la experiencia de los pueblos zapatistas nos recuerda que sí es posible otra educación. Una que escuche, una que despierte, una que libere.
TEMA 2:
Cartas para una educación que libere
En este apartado exploramos el pensamiento de Paulo Freire, uno de los pedagogos más influyentes del siglo XX, a partir de su obra Cartas a quien pretende enseñar. Desde un enfoque profundamente humano y crítico, Freire nos invita a repensar el acto de educar no como una técnica, sino como una práctica cargada de sentido, de afecto y de política.
A través de sus cartas, descubrimos que enseñar no es solo transmitir conocimientos, sino dialogar con el otro, reconocer su saber, su historia y su capacidad de transformar el mundo.
¿Quién fue Paulo Freire?
Fue un educador y filósofo brasileño, considerado uno de los pensadores más influyentes en el campo de la pedagogía crítica. Luchó por una educación que permitiera a los oprimidos recuperar su voz, leer el mundo y transformarlo.
Cartas a quien pretende enseñar
Freire escribió estas cartas como un diálogo con educadores, donde reflexiona sobre el acto de enseñar, la vocación docente y la necesidad de mantener siempre una postura ética y crítica.
Algunas ideas clave de las cartas:
Nadie educa a nadie: El aprendizaje es un proceso mutuo, dialógico y horizontal. Enseñar no es transmitir conocimientos, sino construirlos colectivamente.
La humildad del saber: Reconocer que no lo sabemos todo nos permite abrirnos a la experiencia del otro y crecer juntos.
Compromiso político del docente: Enseñar es una acción política; educamos siempre desde una postura ética frente al mundo.
El respeto a los saberes previos: Todo ser humano tiene una historia, un lenguaje y un conocimiento propio que merece ser reconocido.
La pedagogía del oprimido
Freire plantea que la educación debe dejar de ser una “educación bancaria” (en la que el docente deposita saber en los estudiantes) para convertirse en una educación problematizadora, donde el alumno se convierte en sujeto activo de su propio aprendizaje.
“La educación no cambia el mundo. Cambia a las personas que van a cambiar el mundo.”
- Paulo Freire-
¿Qué nos enseña Freire hoy?
Paulo Freire nos enseña que educar es un acto profundamente humano y político. Su pedagogía nos invita a rechazar la enseñanza autoritaria y a construir un diálogo horizontal con nuestros estudiantes, donde el conocimiento se construya colectivamente. Enseñar, para Freire, es un compromiso con la libertad, la dignidad y la transformación de la realidad.
Aplicación en tu práctica docente
Implica generar espacios donde se escuche y valore la voz del alumno, donde se despierte el pensamiento crítico y se fomente la participación activa. Como docente en formación, Freire me inspira a enseñar desde la empatía y la esperanza, acompañando procesos que formen sujetos críticos y comprometidos con su comunidad.
Figura 1: Paulo Freire, en la asamblea ejecutiva para discutir sobre educación liberadora.
TEMA 3:
Filosofía para niñas y niños: pensar desde la infancia
La filosofía para niños y niñas no es una clase tradicional sobre grandes pensadores, sino una invitación a que los más pequeños se reconozcan como sujetos capaces de pensar, cuestionar y dialogar desde sus propias experiencias. Esta propuesta, desarrollada originalmente por Matthew Lipman y ampliada en México por autoras como Lesly Cazares, propone una filosofía viva, cercana y situada, que parte de las preguntas genuinas de la infancia.
Según Cazares, filosofar con niñas y niños abre un horizonte de diálogo, libertad y paz, donde cada estudiante puede expresar sus ideas sin temor a equivocarse. Se construye así una comunidad de indagación, donde todos piensan juntos y se fomenta la argumentación, la escucha y el respeto por el otro.
Por su parte, Isabel De Puig sostiene que la filosofía para niños es una herramienta poderosa para formar personas más críticas, reflexivas y conscientes de su entorno. A través de preguntas como ¿qué es la justicia?, ¿por qué obedecemos reglas?, o ¿qué significa ser feliz?, se abren caminos hacia una educación más profunda, emocional y significativa.
Incluir esta propuesta en la formación docente permite que, como maestras y maestros, desarrollemos prácticas más dialógicas y sensibles. Nos recuerda que la filosofía no es exclusiva de los adultos, sino una capacidad humana que puede y debe estimularse desde la infancia.
TEMA 4:
Educar para transformar:
hacia una educación comunitaria y liberadora
En el corazón de una escuela crítica y consciente late una pregunta fundamental: ¿para qué educamos? Desde las pedagogías críticas, como la de Paulo Freire, la respuesta es clara: educamos para transformar, para liberar, para reconstruir el mundo con los otros.
Educación transformadora
Es aquella que impulsa un cambio profundo en las personas y en las estructuras sociales. Va más allá de memorizar contenidos; busca que el sujeto cuestione la realidad, comprenda las causas de las injusticias y actúe sobre ellas. Implica desarrollar un pensamiento crítico, ético y sensible ante los problemas sociales, políticos y culturales. El estudiante deja de ser espectador y se convierte en protagonista de su aprendizaje y de su comunidad.
Educación comunitaria
Surge desde y para el pueblo. Reconoce los saberes locales, las prácticas culturales, la historia y las voces de la comunidad como fuente legítima de conocimiento. En este enfoque, educar es construir en colectivo: se aprende con el otro, para el otro y desde el otro. La escuela se transforma en un espacio de encuentro, diálogo y participación, donde el conocimiento se nutre del contexto y del vínculo humano.
Educación liberadora
Siguiendo a Freire, liberar no es imponer, sino acompañar el despertar de la conciencia. La educación liberadora combate la opresión, las desigualdades y cualquier forma de alienación. Invita a los estudiantes a descubrirse como sujetos históricos con capacidad de pensar, soñar y actuar. En esta visión, el docente es un mediador del diálogo y no un transmisor de verdades absolutas.
Implicaciones en nuestra práctica docente
Incorporar estos enfoques significa diseñar experiencias de aprendizaje que partan del contexto, fomenten la reflexión crítica y respeten la diversidad. Es reconocer que cada aula es un espacio político donde se disputa el sentido de la educación.
Educar para transformar no es una utopía: es una necesidad ética y social en tiempos de injusticia y fragmentación. Como docentes en formación, este enfoque nos invita a mirar la realidad con otros ojos y a comprometernos con una práctica que abrace la esperanza, la dignidad y la autonomía.
TEMA 5:
Planeación docente y filosofía: sembrando pensamiento crítico en el aula
La planeación docente es más que una herramienta de organización del trabajo educativo; es una guía ética y pedagógica que orienta el quehacer del maestro. En este sentido, diseñar clases que integren la filosofía y fomenten el pensamiento crítico no solo permite abordar contenidos académicos, sino también formar personas reflexivas, autónomas y comprometidas con su realidad.
La filosofía en la escuela no debe ser un lujo, sino una necesidad. Incluir preguntas filosóficas en la práctica cotidiana despierta la curiosidad, fortalece el diálogo y genera un ambiente de respeto hacia las distintas formas de pensar. Tal como plantea Lipman (1998), “pensar bien” debe ser una competencia central de la educación, porque mejora la toma de decisiones, la convivencia y el juicio ético de los estudiantes.
Para lograr esto, es importante seguir algunos consejos fundamentales al planear:
1. Plantea preguntas abiertas que inviten a reflexionar: por ejemplo,
“¿Qué es lo justo?”, “¿Todos aprendemos igual?”, “¿Por qué obedecemos las reglas?”
2. Crea espacios de diálogo respetuoso, donde las respuestas no sean únicas, sino construidas colectivamente.
3. Relaciona la filosofía con la vida cotidiana, conectando los temas con los intereses del grupo.
4. Diversifica las actividades con cuentos, dilemas morales, imágenes provocadoras, juegos de roles o círculos de diálogo.
5. Evalúa con sentido reflexivo, considerando el proceso de pensamiento más que solo la respuesta “correcta”.
Integrar estos elementos en la planeación no solo permite abordar los contenidos del currículo, sino también fomentar habilidades superiores como el análisis, la argumentación y la empatía. Así, el aula se transforma en un espacio donde se aprende a pensar, a convivir y a transformar el mundo.
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¡Hola, querido lector! Soy Fátima Pamela López Lozano, docente en formación y estudiante de la Escuela Normal de Ecatepec. Actualmente curso el segundo semestre de la Licenciatura en Educación Primaria, y este blog ha sido creado como parte de mi proceso formativo. Aquí encontrarás una recopilación organizada de los temas abordados durante el curso de Filosofía y Sociología de la Educación, una asignatura fundamental que me ha permitido reflexionar sobre el papel del pensamiento crítico en la formación docente, así como en la construcción de una educación más consciente, equitativa y transformadora. Espero que el contenido compartido sea de utilidad para otros estudiantes, docentes y personas interesadas en el ámbito educativo. ¡Gracias por visitar este espacio de reflexión y aprendizaje!
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